jueves, 30 de agosto de 2012

It Feels Like Love










When he and I are together, it just feels like love
And when we are talking and laughing together
It feels like love
And when we are hugging and going places together
It just feels like love, it feels like love
And his eyes on me and the way he looks
And what he says and the way I feel
And the things he does and the feelings I get
And the songs that play and my mind a racing
And the Spring racing before us and the sun and moon
And the low light of the evening
With the dark trees silhouetted and the birds aflame
It just feels like love
It really does
I don’t know
I must have said it all wrong





Dorothea Lasky (St. Louis, Missouri; EE.UU., 1978)
de Black Life, 2010
Traducción de Cecilia Pavón
Publicado en Diario de Poesía nº 83, pág.24

domingo, 26 de agosto de 2012

Brillante sobre el Mic


Cuando no tienes más ganas del tema.
Cuando no vuelves a hablar con su mirada.
Cuando a las noches se le quitaron las "buenas", y a los días los abrazos.
Cuando al final a la hoja sí se la llevó el viento.

Ya ha pasado un par de meses desde la última vez en que dijo: ¿Nos volveremos a ver?
Teníamos una tranquilidad muy linda.
Nadie sabía nada.
Eramos él y yo.

Cuando encuentras a alguien que completa tu paz, -con un gran parecido a ti- es sorprendente.
Hablar miles de horas, hablar y hablar.
Disfrutar del silencio -enjoy the silence-.
Extrañar esa brillosa estrella y admirar a la luna.
"Siguiendo la luna, llegaré lejos"... mientras recorría una nueva ruta junto a ella.

Hoy volví al día uno.
Entre "más guapa que cualquiera" y timidez absoluta.
Es raro como pasan las cosas.

Nunca le dije que le agradecía el hecho de poder superar un pasado eterno.
Y nunca le diré que sí, que sí quería pasar un futuro cercano junto a él.

martes, 7 de agosto de 2012

La amistad de las estrellas











"Éramos amigos y nos hemos vuelto extraños. Pero está bien que sea así, y no queremos ocultarnos ni ofuscarnos como si tuviésemos que avergonzarnos de ello. Somos dos barcos y cada uno tiene su meta y su rumbo; bien podemos cruzarnos y celebrar juntos una fiesta, como lo hemos hecho - y los valerosos barcos estaban fondeados luego tan tranquilos en un puerto y bajo un sol que parecía como si hubiesen arribado ya a la meta y hubiesen tenido una meta. Pero la fuerza todopoderosa de nuestras tareas nos separó e impulsó luego hacia diferentes mares y regiones del sol, y tal vez nunca más nos veremos - tal vez nos volveremos a ver, pero no nos reconoceremos de muevo: ¡los diferentes mares y soles nos habrán trasformado! Que tengamos que ser extraños uno para el otro, es la ley que está sobre nosotros: ¡por eso mismo hemos de volvernos más dignos de estimación uno al otro! ¡Por eso mismo ha de volverse más sagrado el recuerdo de nuestra anterior amistad! Probablemente existe una enorme e invisible curva y órbita de estrellas, en la que puedan estar contenidos como pequeños tramos nuestros caminos y metas tan diferentes -¡elevémonos hacia ese pensamiento! Pero nuestra vida es demasiado corta y demasiado escaso el poder de nuestra visón, como para que pudiéramos ser desconocidos, en el sentido de aquella sublime posibilidad. Y es así como queremos creer en nuestra amistad de estrellas, aun cuando tuviéramos que ser enemigos en la tierra."

(F. Nietzsche)