jueves, 30 de septiembre de 2010

Eramos 3...




Pía había recorrido mil veces el mismo camino desde su cuarto hasta la calle, y en ese mismo camino colgaba en la pared una foto, que no recordaba ya desde cuando estaba ahí; pero debió pasar mucho tiempo, tal vez 10 o 15 años. Pero en realidad solo miraba la foto; nunca la observó - hasta ayer.
Es un toque irónico como la vida te lleva a una ruta que nunca pensaste atravesar - pensó.
Cuando muchas personas pisaron su sala, algunas se atravieron a preguntar
X: ¿Quién es el chico de la foto, el que sonríe al lado de tu papá?
P: "ah... es su hijo mayor" (lo que se infiere: su hermano por el lado paterno)
Y es que Pía solo sentía que tenía un hermano mayor. Vivian los cuatro, así que "el hijo mayor" no encajaba en el cuadro familiar. Cuánto tiempo habrá pasado desde que dejaron de preguntarle por el chico uniformado de aquella foto; y es más muchos de los amigos, incluso los más íntimos no sabían que ella tenía un "medio hermano" mayor. Incluso ella no lo recordaba la mayoría de veces.
Pero aquí los únicos protagonistas son "el hijo mayor" y el papá de Pía. Y es que en realidad no se veían la misma cantidad de años que el cuadro llevaba ahí, o tal vez un poco más. Pero eran laaargos años; y si que en realidad eran laaaaaaargos.
Cuando Pía crecía, el recuerdo del "hermano mayor" se iba desvaneciendo; hasta que llegaba del día del padre, navidad, año nuevo y el cumpleaños de papá (y algún otro momento en que el papá de Pía extrañaba a horrores al hijo mayor.
Pía no entendía muy bien eso a los 12, 13 o 14; es más no le preocupaba, pues creía que papá tenía suficiente cariño con dos hijos y una esposa que vivían y morían por él. Pero era más que obvio que papá también necesitaba al hijo mayor.
Entonces Pía siempre pensaba como hacer para darle una gran sorpresa a papá. Comenzó la busqueda por internet, donde solo consiguió un número celular, un correo electrónico -que nunca se conectó- y una dirección. El plan era sorpresa; pero no pudo aguantarse las ganas y se lo contó a papá; quien inmediatamente llamó al número. El cual, al parecer no era de el hijo mayor o se negaba a aceptar la llamada.
 Plan decepción. Es que dolía ver que papá no pudiera localizar, pese a los intentos frustrados -aunque temerosos por algún desplanto- al hijo mayor. Podría ya tener familia, que sería de su vida. Si tan solo supiera que papá lo extrañaba como parte de su alma, seguro eso él no sabía. Tal vez le guardaba rencor por nunca más buscarlo cuando lo llamó "tío". O tal vez el tiempo no lo permitió; las circunstancias. O quien sabe, aún no era el momento.
Mientrás el curso del tiempo hacía lo suyo, y todo en casa de Pía marchaba regularmente bien. Fue un día, una mañana (antes de que Pía fuera a estudiar); que su papá bajó casi volando las escaleras... en realidad fue volando. Diciendole que ponga el canal 5, el noticiero... De pronto vimos el mismo rostro de la foto que colgaba en la pared, pero muchísimos años mayor. Pero que había pasado en realidad. Un accidente; pero en el cual el hijo mayor era el principal sospecho de un homicido culposo. En el acto; el rostro de todos cambió. Bienvenida preocupación a casa, bienvenida angustia, bienvenida incertidumbre. Pía sabía que algo andaba realmente mal; pero estaba más seguro que todo se pondría peor.
Voló a clases sin poder concentrarse, pues la angustia de papá se podían seguir sintiendo a kilometros.
¿Qué pasó en realidad? No tuvo tiempo para escuchar bien el caso; pero sabía que la prensa se lo repetiría una y otra vez. Y así fue. Noticiero por la noche... todos juntos. Cada canal con su versión por supuesto. Quitandole las opiniones de los periodistas, las exageraciones. Una chica de la misma edad de Pía había fallecido a causa del accidente; y el hijo mayor se salvó. Y para variar las acusaciones en el acto, sin haber ni siquiera iniciado las investigaciones. "El presunto autor" fue catalogado como "el culpable" según la prensa. Y empezaron con fuerzas las investigaciones; pero de papá. Inició la odisea por saber lo que realmente había ocurrido. Mientras Pía pensaba... ¿cómo el chico de la foto con un futuro brillante, el chico que tenía la misma mirada que yo y mi hermano podría llegar a ser el culpable? Pía no lo conocía; solo los datos que papá soltaba de rato en rato en todos los años sobre él; y así fue formando una personalidad para el hijo mayor. Y es más, pensaba que se parecía mucho a su hermano.
Los días fueron volando; a los dos días la prensa dejó de interesarse en el caso, y ya no se leía el nombre del hijo mayor en los periódicos, ni se escuchaba en la radio ni tv. Pero en casa de Pía si que era la principal noticia, solo se escuchaba su nombre una y otra vez.

Siguieron pasando los días. Con las interminables busquedas del papá de Pía y los hermanos de papá; llegaron a saber donde estaba. Y no fue grata la noticia... Estaba en un lugar nada acogedor. Llevaba ahí una semana. El proceso recién ha empezado. Pero no aceptaron la comparecencia. El papá de Pía realmente sabía cómo era ese lugar. En realidad, cualquier persona se da cuenta. Pía amaba y luchaba por la libertad, y ni en sus pesadillas imaginaba estar ahí- o que alguien a quien quiera estuviera allí. No se lo desearían a nadie.

 Intentó entrar apenás se enteró; pero no era día de visita. Imagino la mezcla de sentimientos que debió sentir el papá de Pía... había soñado taanto tiempo por ese momento; pero seguro el contexto no era el de sus sueños. Tal vez la pesadilla se había mezclado con los grandiosos sueños de papá. No pudo entrar en el primer intento. Pero se enteró que el hijo mayor quería recibirlo, eso causó algo de calma en papá. Ya que su temor era que lo odiara y le recriminara por recién estar ahí.

 Los caminos se cruzaban una y otra vez. Fue entonces que hubo un primer contacto con la familia de Pía y el hijo mayor. Fue la tía de Pía la primera que entró a conversar por muchas horas con el hijo mayor. Wow! realmente sería él. Pía moría de ganas por tener una charla con él; aunque ensayaba una y otra vez como iniciar una conversa.
¿Qué le diría?
Hola, soy tu hermana. (Pero no lo sentía como tal).
Hola, soy la hija menor de tu papá. (También era su papá asi que por aquí no iba).
Después de imaginar conversas en su mente. Llegó su tía. Claro que antes de eso, la respectiva llamada de un extorsionador a la casa de Pía arruinaron los nervios de su papá.
Su tía llegó con grandes historias. Quién diría que el hijo mayor ya tenía un hijito de 3 años. El papá de Pía se emocionó tanto... guarda las esperanzas de que sean una familia, como siempre debieron ser. Sin rencores, ni malos recuerdos.
También quien diría que el hijo mayor y Pía estudiaran la misma carrera en la misma universidad y nunca se hayan cruzado.
Él le contó lo sucedido a la tía, y es que en realidad era inocente. Bueno, todos piensan eso. Existen suficientes pruebas para demostrarlo, y que con fe pronto saldría en libertad.

Faltan pocos días para que el hijo mayor se reúna con papá. Es obvio que el lugar no es nada ideal ni adecuado para un gran reencuentro. Pero Pía piensa que por algo la vida se mueve así; si nunca hubiera pasado esto, estaba segura que el hijo mayor hubiese seguido por su rumbo, negando la existencia de un padre que tuvo, aunque no disfrutó mucho tiempo.
Quizá es el destino. Algo cruel, quizá.
Pero después de la tormenta siempre llega la calma, dicen por ahí.
Y sí que fue una graaaaaan tormenta. Faltan pocos días para que Pía conozca a su sobrino y también al hermano mayor, del que solo tenía una foto con ella y su hermano, en el albúm familiar donde eran 3.


Canción demasiado linda =) ... espero que hayas pasado un lindo feliz cumpleaños

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Pie derecho



"Eran los primeros días del mes de julio del 2002, mi semblante era el de un tipo que se había sacado un gran peso de encima, y es que de veras fue así. ¡Por fin! habían acabado los exámenes finales en la universidad y los resultados -según yo- iban a ser fabulosos; recuerdo que era tanta mi alegría que escuchaba a cada momento el CD del gran Nino Bravo, canción N° 9, y a viva voz cantaba 'libre como el solo cuando amanece yo soy libre, como el mar...LIBRE'.
Eran días realmente espléndidos, se venían buenas vacaciones y todo me había salido bien, hasta que una de esas tardes tuve la bendita idea de hacer algunas compras por el Mercado Central y de paso comer un chifa  en el Barrio Chino. Así que sin más ni más, agarré mi linea 85 que me dejaría en la Av. Abancay. Todo iba bien, en el camino escuchaba la misma y triste historia de casi media docena de personas que subían al couster a vender sus productos; es más, les colaboré a todos, pues realmente estaba feliz.
Pero llegaba la hora de bajar y con un cordial 'amigo, bajo esquina' me iba acercando a la puerta; una vez ahí, esperaba que el chofer se detenga a la derecha, pero no, seguía en movimiento; el cobrador advirtió que el chofer quería ganar tiempo, pues el semáforo se encontraba en luz verde y me dijo: 'pie derecho, amigo, pie derecho'; yo que ya sabía a lo que se refería, le reclamé y no hice caso a su pedido y con un desparpajo increíble me empujó cuando el couster se encuentra en movimiento en medio de la siempre peligrosa Av. Abancay. ¡Vamos!, no voy a exagerar diciendo que iba a gran velocidad, pero a menos de 20 km no iba ese carro; a Dios gracias no tuve ningún tipo de lesión y pude llegar a la vereda sin ningún tipo de problemas, pero sí muy aturdido levanté la mirada y me di cuenta de que la luz roja le había ganado al couster, así es que mi primera reacción fue llamar a la srta. policía que se encontraba ahí dirigiendo el tránsito, y que al parecer no se había percatado de lo sucedido.
Al acercarse al bus, la srta. policía en forma, a mi modo de ver, inocente, le preguntó al cobrador si había sido cierto que me empujó. Obviamente el descarado lo negó tajantemente. Tampoco yo no esperaba otra cosa de él pero sí estaba seguro que los demás pasajeros me apoyarían, así que insistí a la señora que se había sentado al lado de la puerta -y que yo escuché que gritó: 'cuidado, muchacho' al momento del empujón- que le cuente a la policía lo que me pasó.
Grande fue mi sorpresa cuando dijo: 'yo no vi nada, hijito, me estaba durmiendo'. En eso un señor gritó: "Oye, muchacho, déjate de mariconadas y vete a llorar donde tu mami que estoy apurado'. Y tampoco faltó uno que dijo: 'miren esa niña, cómo se queja de un empujoncito', a lo que inmediatamente el resto de pasajeros respondió con una sonora carcajada, que incluía insultos como 'negro y maricón, es el colmo carajo'. Además de la típica frase: 'Oye, bájate, que estoy apurado'.
Al parecer la policía también estaba apurada pues se bajó del carro diciéndome: 'Joven, la próxima llame para algo más importante, no haga perder el tiempo'.
¿Y es que acaso no era algo importante mi vida?
Ella se bajó y yo me quedé ahí en medio de toda esa gente que carecía totalmente del sentido de solidaridad, quedé ahí ante la burla de la mayoría y la lástima de otros que tal vez callaron por temor o porque también 'estaban apurados'. Bajé del couster y en ningún momento sentí vergüenza frente a esa gente, mas sí una tristeza enorme de ver cómo la gente en este país no se da la mano, gente que le interesó lo apurada que estaba y no le importó que mi vida corriera peligro por el salvajismo de un tipo que le puede hacer lo mismo a otra persona y nunca será sancionado, gente que estoy seguro se queja del subdesarrollo, desempleo, pobreza, etc. que atraviesa el país, pero que no es capaz de hacer patria con ese simple acto de apoyar.
A Dios gracias que existen cobradores que son respetuosos, a Dios gracias que son pocos, muy pocos los que le hacen caso al 'pie derecho'.
Mi felicidad de días anteriores se convirtió en una profunda meditación de lo que había ocurrido y es que me parecía tan increíble cómo todos se habían puesto en mi contra, tanto que hasta ahora sigo con la duda: ¿habré exagerado en reclamar?".



 Este texto lo saqué de un trabajo que tengo para el sábado. Me encantaría que comenten; porque es realmente importante el punto de vista de nosotros,los jóvenes, en todo lo que sucede en nuestra sociedad hoy en día.
 ¿A quién no le ha pasado algo en el bus?


Video de fondo: Que rica canción :)

lunes, 13 de septiembre de 2010

Tus amigos nunca te harían daño





Esta entrada es un parentesis a mi melodramática historia. Porque lo que escribiré hoy es una historia real. Pasa en la vida cotidiana de muchos jovenes de nuestra edad.

Bueno la historia empieza así:  Dos chicas distintas y lindas llamadas Sofía y Cristel consideraban GRAN amigo o mejor amigo a Manuel.
Cada una por su lado. Pero en un ambiente de "el mundo es pequeño" todos se conocían.

 Sofía y Manuel eran grandes amigos desde que entraron a la universidad; siempre solías verlos andando juntos, como buenos patas. Y es que Sofía confiaba sobremanera en Manuel. Era su mayor confidente desde ya hace buen tiempo.
Cristel y Manuel eran grandes amigos desde los tiempos del cole. Ella no era tan pegada a toda su prom, pero se podría decir que Manuel era el único chico con el que congeniaba.

 Considerar "amigo" a alguien no es algo tan simple. Y es que tus amigos son las personas incondicionales que nunca te fallan, con las que cuentas en las buenas y las malas, las que te lapearan si haces algo mal y darán millones de consejos para aportar a tu felicidad, esas personitas que siempre te harán sonreír o llorar, pero solo de risa.

Para no volarme de esta historia. Después de mil tonos en común. Aparecen en esta historia dos personas más: Pía y Alejo. Ambos amigos de los tres chicos. Pero en especial Pía era gran amiga de Cristel, tan grandes amigas se habían hecho que cuando Pía se enteró de lo que lineas abajo revelaré entró en shock (metafóricamente hablando). En el caso de Alejo, el quería en exceso a Sofía, eran grandes amigos y solían andar Alejo, Sofía y Manuel juntos por los pasillos y banquitas de la facu.

 Aquí una conversa del primer impacto:

Cristel: Como que estoy un poco confundida sobre lo que me enteré. Manuel me contó que agarró con Sofía
Pía: quée?. No creo, son patazas nomás. Además no se gustan ni nada.
Cristel: -que confía fehacientemente en Manuel- Sí, en serio; pero no solo eso, si no que llegaron a más. Me contó que tiraron
Pía: Noooo!, no jodas!... nada que ver!.
Cristel: -explicando todo lo que le contó Manuel- que si, pucha me dijo que porque querían y así de simple, sin reproches, pero Manuel me lo aseguró y como que pensé que raro, no es algo normal.
Pía: Asuuu -con cara de idiota por el impacto de la noticia- malazo, ojala no sea cierto. Pucha, pero tú también eres su mejor amiga... Cristel, que miedito... oyee -palteada por la pregunta- ¿alguna vez agarraste con él?
Cristel: -con cara de quien chupa limón-. Nooo! asquito... ni loca
Pía: jajaja claro es normaaal también con el tipo pues (...)

Pía le contó de esto a Alejo (un amigo especial), pues el conocía más a Sofía. La expresión y el rotundo "queeeeeeeeeeeeeeeeee" de Javier fueron extraordinariamente sorpresivos, y es que era natural; uno en su sano juicio como iba a pensar que podría a pasar una cosa así. Él conocía muy bien a su amiga, y sabía que Manuel ya tenía antecedentes de mentiroso.
 A Pía no le caía bien Manuel, pues alguna vez fue testigo referencial, pero de una fuente precisa de su mitomanía. Solo quería confirmarlo. Y este era un caso clave.

En esa conversa el silencio manifestaba muchas cosas. Pía era amiga de Sofía y cómo decirle lo que se acababa de enterar. Es que es un tema delicado. Primero nadie tiene el derecho de estar hablando mal de la gente. Y peor si un hombre habla esas cosas tan feítas de una mujer, y mucho peor aún cuando es todo mentira y lo hace por motivos sacados de pelo y nada normales.

 Aquí viene la conversa del segundo impacto:

Alejo: Tengo que contarte algo grave pero debes saberlo
Pía: ¿Qué pasó?, dime que me asustas con esa cara
Alejo: No sabes. Manuel me contó que tiró con Cristel...
Pía: ¿quéeeeeeeeeeeeeeeeee? (más gigante) quéeee! no jodaaas! es imposibleee... la conozco y no lo haría...
Alejo: no sé; pero tu sabes que pienso de la amistad entre un hombre y una mujer. También tengo mil dudas, pero eso me lo dijo el mismo Manuel
Pía: ptm... no debe estar hablando así... maaal.. ella lo considera su gran amigo... es un mitomano del maaaal
Alejo: lo sé... es probable que también mienta sobre ambos roches...

Pía adoraba sobremanera a Cristel, quería decirle en el mismo acto para le ponga el parche y una buena patada en la descendencia de Manuel por andar hablando mal. Pero Alejo le había hecho jurar y rejurar por algo que quería que no se lo contara.
 Cada vez que Pía conversaba con Cristel, moría por decírselo; pero era Alejo, la promesa... tenía que callar.. odiaba la idea de callar, como es lógico.






Aquí viene el doble impacto. ¿Qué pasaría cuando ambas se enteren que el tipo al que consideraban su mejor amigo estaba diciendo esas cosas de ellas?... Cosas que eran mentira, cosas que no solo destruian la reputación de ellas; que trascendían a cosas espirituales y sentimentales, como destruir la amistad, la confianza, las ganas de creer en esa persona a la que le confiaste hasta las cosas más descabelladas.

 Bueno pues, ese día llegó.

Y precisamente fue Alejo quien -a las sospechas casi seguras de Sofía- le confirmó a medias la duda que tenía.
El día fue en exceso laaaargo para Sofía; el sentirse sola, defraudada, furiosa, deprimida...
Al día siguiente, confirmó esto de la boca de Pía; en realidad fue horrible el solo hecho de estar 100% segura que su mejor amigo, su hermano la habia traicionado.
En ese instante, ella cambió rotundamente con él; y si aún no le decía nada es porque esperaba a Cristel para ambas desenmascararlo.

Pía no tuvo otra opción y que buena opción, porque era un peso encima ocultarle algo a Cristel; y se lo dijo por celular. Como es obvio Cristel se molestó muchísimo, se indignó por los comentarios de Manuel tan "ajjj" y es comprensible que cualquiera hubiera querido caparlo.

 Ambas chicas -no puedo decir el plan-; ahora saben con quien realmente andaban por todos lados, a quien le contaban sus secretos, con quien rajaban, con quien se divertían... Es decir, acaban de conocer quien es realmente "su amigo".
Es triste... decepcionante... pero es parte de la vida.
Y en realidad sería bueno pensar si es verdad que ¿"tus amigos" nunca te haría daño?; o es que en realidad ellos no son tus amigos, solo aparentan...

Así que ha abrir bien el ojo con el próximo amigo o que iluminen al amigo para que valore el verdadero significado de AMISTAD.

P.D: La canción de Alejandro Sanz porque pronto su conciertooo! (es de los cantantes que odiaba por sus letras cursis, pero que ha marcado mi vida con esas letras dedicadas y cantadas por alguna persona especial)
P.D 2: No todos tus amigos serán como Manuel.
P.D 3: PARCIALES!





Y esta porque estuvieron en el país y no hicieron concierto